domingo, 23 de febrero de 2014

Al tocar no falta nada, porque no sobra ninguno y en la mochila los sueños, suman mas de 21 (( MOTXILA 21 ))

Y si escucháis atentamente esta canción que os sugiere
¿Quien pensáis que son los que tocan? ¿Y el que canta?




Vale si, el cantante es Kutxi Romero,  un músico español de rock, vocalista y compositor del grupo navarro Marea. Además, es un poeta con cuatro libros. 

Pero Motxila 21 ... ¿ Quien son Motxila 21 ?



Es una iniciativa juvenil  (Grupo de música de 12 jóvenes con Síndrome de Down).
Busca despertar la conciencia social, sensibilizar hacia las personas con discapacidad.
El método de trabajo tiene como punto clave la participación social y las actividades están encaminadas a producir un impacto social positivo:
-Con la grabación de una videoclip
-La realización de un Lipdub


SON DISCAPACIDAD Y ROCK, QUIEREN LLAMAR LA ATENCIÓN DE LA GENTE JOVÉN Y DE TODA LA POBLACIÓN EN GENERAL.

MOCHILA 21: Un proyecto para la integración.


" No somos distintos" (( Motxila 21 y Kutxi Romero ))

Como tu tenemos ojos, los nuestros quizás mas limpios
por donde nadan los peces, que no se sienten distintos.
Y en las manos las caricias, que no quieren dormir nunca
para rodear el mundo si se junta con las tuyas.
Al tocar no falta nada, porque no sobra ninguno
y en la mochila los sueños, suman mas de 21 
y quien toca los platillos, al revés como los buenos 
y el piñas nos trae sonrisas, que derriten los inviernos

No somos distintos,
ni laberintos para perderse,
buscando razones
en los corazones para quererse,
no somos distintos,
cuando amanecemos
el sol aparece, 
por donde pisamos
se hacen caminos
la hierba crece.

El espejo nos ofrece, mil mañanas de colores
y los martes por la tarde, le regalamos tambores.
El lamento y el silencio los tenemos escondidos
para que el Drogas nos diga " Que metemos mucho ruido".
Nos comemos la alegría con la punta de los dedos
y metemos la tristeza en sacos con agujeros.
Somos la lengua sincera que te besa los oídos
donde habitan nuestras voces para que muera el olvido.

No somos distintos,
ni laberintos para perderse,
buscando razones
en los corazones para quererse,
no somos distintos,
cuando amanecemos
el sol aparece, 
por donde pisamos
se hacen caminos
la hierba crece.

Y en directo merece la pena verlo ...

lunes, 17 de febrero de 2014

Merecemos experimentar el amor por completo, con igualdad y sin vergüenza ni compromiso (( Ellen Page ))

La joven actriz canadiense Ellen Page, famosa por su papel de adolescente embarazada en la oscarizada 'Juno', ha declarado este sábado que es lesbiana con un sentido discurso durante una conferencia sobre los derechos de los homosexuales en Las Vegas.

"Estoy aquí hoy porque soy homosexual. Y porque quizás pueda causar un efecto positivo. Ayudar a otros a que su vida sea más fácil y esperanzadora. Siento que tengo una obligación personal y una responsabilidad social en todo esto", dijo la intérprete de 26 años. 

"Estoy cansada de esconderme. He sufrido durante años porque me daba miedo decirlo. Pero aquí estoy hoy, con todos vosotros, en el otro lado de todo ese miedo que me afectó mentalmente y en mis relaciones"



Y añadió: "Es raro porque aquí estoy, una actriz, representando, al menos en algún sentido, una industria que establece estándares para todos nosotros. No sólo para la gente joven, para todos. Estándares de belleza, de lo que es una buena vida, del éxito.Estándares que, odio admitirlo, me han afectado"




"El amor, su belleza, su alegría ... y si, también su dolor, es el regalo mas grande a dar y recibir como ser humano y merecemos experimentar el amor por completo, con igualdad y sin vergüenza ni compromiso. Hay demasiados chicos por ahí sufriendo bullying, rechazo o simplemente maltratados por ser quienes son"

miércoles, 5 de febrero de 2014

La melancólica muerte de Chico Ostra ((Tim Burton))


Se le declaró en la costa,
y en la playa fue la boda.


Su larga luna de miel
en la isla de Capri fue

Para la cena el mesero
les puso un solo platillo:

un gran caldo de mariscos.
La novia pidió un deseo.

Y el deseo se realizó.
Dio al fin a luz un bebé.
Pero éste ¿era humano o no?
Bueno, quizá. Tal vez.

Diez dedos en pies y manos,
y demás órganos sanos.
Podía sentir y escuchar.
Pero ¿normal? No, ni hablar.


Este engendro antinatura,
Este cáncer indecente,
Era la imagen viviente
de toda su desventura.

Ella se quejó al doctor:
“No es hilo de mi madeja.
¿De donde sacó ese hedor
a salmuera, pez y almeja?”



“Y ha sido usted afortunada.
Yo la semana pasada,
trate a una niña con pico
y tres orejas. ¿Me explico?

Si es mitad ostra su niño,
búsquese a otro a quien culpar.
-Y añadió con cierto guiño -
¿Se ha puesto a considerar
una casita en el mar?”

No sabían como llamarlo.
A veces le decían Carlo
y a veces -con voz perpleja-
“eso que parece almeja”.

Encogido el corazón,
Ninguno en verdad sabía
si el chico ostra algún día
rompería el caparazón.

Los cuatrillizos Montalvo
cierta vez se lo toparon.
Le espetaron un “¡Bivalvo!”
y enseguida se escaparon.

Una tarde en que llovía,
Carlo se sentó en la calle.
Y miró arremolinarse
el agua en la alcantarilla

Aparcada en la cuneta,
conmovida y afligida,
su madre daba salida
a su congoja secreta.



Ya se habían acostado
una noche, y ella dijo:
“Cariño, huele a pescado
y yo creo que es nuestro hijo.
Y aunque dicen que una dama
debe callarse esas cosas,
me parece que le endosas
tus problemas en la cama.”




El probó cuanta loción
pudo hallar en el mercado.
Tenía el cuerpo colorado
y comezón, comezón.
Y de rascar y rascar
la piel le empezó a sangrar



El doctor, tras una pausa, 
dijo: “El remedio a su mal 
podría ser su misma causa. 
Las ostras, como sabéis, 
dan gran potencia sexual. 
Supongo que si os coméis 
a vuestro niño podréis 
saciar el ansia carnal.






Se acerco muy de puntitas, 
muy a oscuras y en celada, 
porque no notara nada 
quien le daba tantas cuitas.
Y en voz muy baja le dijo: 
“Carlo queridísimo, hijo: 
no quisiera interferir 
ni causarte desconsuelo. 
Pero ¿has pensado en el cielo, 
o te has querido morir?”

Carlo parpadeo al oírlo 
pero no le dijo nada.
Su papi apretó el cuchillo 
y se aflojó la corbata.



Cuando lo levantó en vilo,
Carlo le mojó el abrigo. 
Y en su boca ya la valva, 
se escurrió por su garganta.

En la costa lo enterraron, 
en la arena, junto al mar.
Una oración murmuraron 
y se fueron a cenar.




Una cruz que daba pena
marcaba su sepultura 
y unas letras en la arena 
prometían vida futura.

Pero al subir la marea
una ola grande y fea 
borró sin pena ni gloria 
para siempre su memoria.



De regreso en el hogar, 
él se le empezó a acercar.

Le besó y le dijo: “Bella, 
hagamos otra faena.”
“Pero esta vez –susurró ella- 
pidamos que sea una nena.”